Resiliencia Y Zona de Comodidad

Resiliencia: desarrolla habilidades para resistir frente a las dificultades

«Resiliencia» significa ‘poder adaptarse a las desgracias y a las dificultades de la vida’. Pon a prueba tu nivel de resiliencia y obtén consejos para desarrollar tu propia resiliencia.

Cuando algo sale mal, ¿tiendes a recuperarte o a derrumbarte?

Cuando tienes resiliencia, aprovechas la fortaleza interior que te ayuda a recuperarte de un contratiempo o un desafío, como la pérdida de un trabajo, una enfermedad, una catástrofe o la muerte de un ser querido. Cuando no tienes resiliencia, puedes concentrarte en los problemas, sentirte víctima, sentirte abrumado o recurrir a mecanismos de afrontamiento que no son saludables, como el abuso de sustancias.

La resiliencia no hará que tus problemas desaparezcan, pero puede darte la capacidad de ver más allá de ellos, disfrutar de la vida y manejar mejor el estrés. Si no eres tan resiliente como te gustaría, puedes desarrollar habilidades para aumentar tu nivel de resiliencia.

Adaptarse a la adversidad

La resiliencia es la capacidad de adaptarse a las dificultades. Cuando el estrés, la adversidad o el trauma te golpean, sigues experimentando ira, sufrimiento y dolor, pero eres capaz de seguir funcionando tanto física como psicológicamente. Sin embargo, la resiliencia no significa soportar, ser estoico o atravesar la situación solo. De hecho, ser capaz de buscar el apoyo de otras personas es fundamental.

Resiliencia y salud mental

La resiliencia puede protegerte de distintas afecciones de salud mental, como la depresión y la ansiedad. También ayuda a compensar factores que aumentan el riesgo de padecer afecciones de salud mental, como el hostigamiento o traumas del pasado. Si tienes una afección de salud mental, ser resiliente puede mejorar tu capacidad para sobrellevarla.

Consejos para aumentar la resiliencia

Si quieres ser más resiliente, ten en cuenta los siguientes consejos:

• Conéctate. Crear vínculos positivos sólidos con tus seres queridos y familiares puede brindarte el apoyo y la aceptación que necesitas, tanto en los buenos tiempos como en los malos. Genera otras relaciones importantes, ofreciéndote como voluntario o participando de una comunidad religiosa o espiritual.

• Haz que todos los días sean significativos. Haz algo que te dé una sensación de logro y propósito todos los días. Establece objetivos que te ayuden a ver que el futuro tiene sentido.

• Aprende de la experiencia. Piensa en cómo afrontaste situaciones difíciles en el pasado. Ten en cuenta las habilidades y estrategias que te ayudaron en tiempos difíciles. Incluso puede ser recomendable escribir acerca de tus experiencias pasadas en un diario, ya que te ayudará a identificar patrones de conducta positiva y negativa (y a guiar tu comportamiento en el futuro).

• No pierdas la esperanza. No puedes cambiar el pasado, pero siempre puedes mirar hacia el futuro. Aceptar e incluso anticiparte al cambio hace que sea más fácil adaptarte a los desafíos y verlos con menos ansiedad.

• Cuídate. Ocúpate de tus propias necesidades y sentimientos. Participa en actividades y pasatiempos que te gusten. Incorpora la actividad física a tu rutina diaria. Duerme mucho. Lleva una dieta saludable. Practica técnicas de manejo del estrés y de relajación, como yoga, meditación, visualización dirigida, respiración profunda u oración.

• Sé proactivo. No ignores tus problemas. En cambio, trata de determinar qué se debe hacer, elabora un plan y haz algo al respecto. Aunque puede llevar tiempo recuperarte de un contratiempo importante, un acontecimiento traumático o una pérdida, es importante que sepas que las cosas pueden mejorar si lo intentas.

Escrito por el Maestro José Luis García

@garciacruz8477

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ZONA DE CONFORT

En psicología la zona de confort se refiere a un estado mental donde la persona utiliza 

Conductas de evitación del miedo y la ansiedad en su vida diaria, utilizando un comportamiento rutinario para conseguir un rendimiento constante sin asumir ningún riesgo, es decir, con el “piloto automático”. Es un espacio personal compuesto de estrategias y actitudes que utilizamos a menudo y con las que nos sentimos confortables, instalándose en nuestra manera de actuar porque nos sentimos seguros. 

Es una zona que sólo abarca lo conocido, ese ambiente donde estamos a gusto y  nos hace sentir seguros porque todo está bajo nuestro control, pero la pasividad y la rutina provoca apatía y vacío existencial, impidiendo el crecimiento personal al renunciar a tomar iniciativas que ensanchen los límites de esa zona. 

El bienestar que se siente no es producto de la satisfacción o el orgullo personal, sino de la ausencia de emociones negativas como la incertidumbre o la inseguridad al refugiarnos en nuestro entorno conocido. La zona de confort también es trabajar en algo simple en un entorno seguro sin querer promocionarse, o mantener una relación que da seguridad a pesar de estar a disgusto.

Conductas que nos describen la zona de confort

Hay conductas que nos avisan de que podemos tener una vida basada en nuestra zona de confort, y con una autoobservación sincera podemos llegar a darnos cuenta:

– Desmotivación que nos impide crecer emocional y productivamente.

– Vivir inmerso en la misma rutina todo el tiempo y con miedo permanente a tomar algunos riesgos en cualquier ámbito.

– Sensación de aislamiento de la sociedad, vivir solo sin atreverse a iniciar el contacto social.

– Sensación de tristeza y soledad, que en casos más graves puede llevar a la depresión.

¿Cómo salir de nuestra zona de confort?

Salir de la zona de confort en solitario puede ser complicado si se lleva mucho tiempo en ella, pero pedir ayuda a un terapeuta, amigo o familiar facilita mucho la tarea. Plantarle cara al miedo nos hace más fuertes psicológicamente porque nos damos cuenta a menudo de que el temor imaginado no era para tanto, y al ir consiguiendo pequeños objetivos ganamos en autoconfianza, vamos creyendo en nuestra eficacia para alcanzar metas. Cuando hay ansiedad e incomodidad la mente pone excusas para volver a su estado de comodidad, con lo que es mejor anticipar las posibles auto-excusas y verlas como artimañas, cuyo objetivo es racionalizar el dejar de esforzarse por salir. Entonces una buena técnica es mentalizarse para actuar en sentido contrario a lo que nos pida el cuerpo, asumiendo que un poco de ansiedad es positiva para mejorar nuestro rendimiento y aumentar nuestra flexibilidad mental

Cuándo buscar asesoramiento profesional

Volverse más resiliente lleva tiempo y práctica. Si crees que no estás progresando —o no sabes por dónde empezar— evalúa la posibilidad de hablar con un proveedor de atención de la salud mental. Con asesoramiento, podrás mejorar tu resiliencia y tu bienestar mental

Escrito por el Maestro José Luis García

@garciacruz8477

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Published by elizabethpedraza

Happy, enthusiastic and committed to being the best I can be every day in every way!

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